El mejor concierto que podremos ver este año para los que somos amantes del clásico Metal Inglés por excelencia, es lo que nos hizo acercarnos a ver a tres de las mayores leyendas del movimiento en un único evento.
Aunque las taquillas estaban cerradas al colgar el cartel de "sold out" desde hace varios meses, solo la mitad del aforo recibió a las 19 horas a URIAH HEEP, con una buena ovación su primer corte, perteneciente a su último trabajo CHAOS & COLOUR, titulado Save Me Tonight.
Sabemos que aunque muy enérgicos, no gozan de la dureza de sus compatriotas de cartel, ya que son una banda creada varios años antes que estos y fundamentan su sonido en una importante base de teclados, aunque el auténtico pilar de la banda sea su guitarrista Mick Box, que con sus magníficos riffs nos ganó a todos desde el primer momento.
Con la larga historia que arrastran y con solo tiempo para interpretar ocho temas, es complicado seleccionar un setlist por lo que suenan cortes de diferentes épocas, presentándonos entre estos la nueva Hurricane y no olvidando July Morning y el exitazo Easy Living’ que será el broche a una corta pero genial actuación de esta gran y veterana formación.
SAXON es una banda que no necesita ningún tipo de presentación, salvo el hecho de reconocerlos como caballo ganador, trabajadores incansables y poder decir que desde que los vimos por primera vez hace 40 años, amén de las veces que los hemos visto en festivales en otras ciudades, no nos han defraudado nunca, por lo que aunque está vez solo dispongan de una hora de escenario, sabemos que no va a ser diferente.
Tras la Intro y Hell, Fire and Damnation, que es el tema que da nombre a su nuevo trabajo, como no podía ser de otra manera, caen clasicazos como Motorcycle Man y Power and the Glory, seguidas por la reciente Madame Guillotine.
Es la primera vez que vemos al guitarrista Brian Tatle de DIAMOND HEAD sustituyendo a Paul Quinn, al cual escénicamente se le añora, pero Brian cumple con creces con su labor en la banda del enorme Biff Byford (vocals) y sus chicos Nigel Glockler (drums), Nibbs Carter (bass) y Doug Scarratt (Guitar), los cuales atacan sin piedad con armamento del calibre de Heavy Metal Thunder, Crusader, Denim and Leather, Weels of Steel, And The Bands Played On y la puntilla que supone Princess of the Night dejando a un Sant Jordi Club hasta la bandera con las orejas vibrando por el volumen y la limpieza con la que suenan.
Lo dicho, IMPECABLES e IMPRESCINDIBLES.
Otros a los que llevamos cuatro décadas siguiendo en sus conciertos desde su primera visita el 01-02-1984 mas las 14 visitas que han seguido a esta, incluyendo la de hoy, y unas cuantas más fuera de nuestra ciudad, y con un pasado de altibajos que los llevó a tocar en aforos muy reducidos, JUDAS PRIEST es el emblema del Heavy Metal por excelencia.
No sé si a causa de la entrada de Richie Faulkner en recambio de K.K. Downing que tal vez les haya inyectado sangre nueva, o al menos eso parece, y aunque Glenn Tipton arrastra el maldito Parkinson pero sigue en sus labores de composición y grabación, la banda posee en sus tres últimas obras, Redeemer of Souls, Firepower y la que vienen a presentarnos en esta ocasión Invincible Shield (para mí el mejor de los tres), unas composiciones con una fuerza extraordinaria.
Con una puesta en escena a la altura y respaldados por unos paneles gigantes a sus espaldas y en los laterales que no dejan de emitir imágenes durante todo el espectáculo, aparecen detrás de un telón que se eleva mostrando una imagen de banda unida en los peldaños de una escalera que conduce a la batería de Scott Travis, de los cuales salen a sus posiciones Faulkner a la izquierda de escenario, a la derecha Andy Sneap, el cual lleva sustituyendo a Tipton en las dos giras anteriores, Ian Hill y su bajo, semi escondido detrás como siempre, y atrayendo todas las miradas, el Metal God, Rob Halford, el cual desde el primer tema Panic Attack ya nos hace pensar en una salud de su voz impresionante con 72 añitos, pero que muy bien llevados.
Meterse al personal en el bolsillo desde el principio es tan sencillo como que el segundo tema de la noche sea You´ve Got Another Thing Comin ́ y sin apenas descanso Rapid Fire y Breaking the Law... es imposible no rendirse después de esto.
Gates of Hell es la segunda aportación del nuevo álbum y primer sorpresón, Love Bites y sin piedad Devil´s Child seguida de una Riding on the Wind perfecta que nos puso los pelos de punta.
Otra a la que no se esperaba es Saints in Hell del Stained Class que da paso al nuevo sencillo Crown of Horns y momentazos Sinner y Turbo Lover que en su momento muchos repudiaron y que ahora vitorean como "histéricas".
Invincible Shield será la última concesión al trabajo que nos presentan seguida por el momento tierno de la aparición en pantalla de Glenn Tipton durante el solo de Victim of Changes, a la que sigue The Green Manalishi (With the Two Prong Crow) que ya es más de ellos que de sus creadores FLEETWOOD MAC.
Desaparece la banda menos Travis que nos pregunta que queremos oír y tras su inconfundible comienzo de batería suena Painkiller muy bien defendida por Rob y no tan sufrida como se le ha visto en giras anteriores.
Los bises auguran lo que deseamos, que no es otra cosa que The Hellion/Electric Eye, ese amado sonido del motor de la Harley y su aparición pilotada por Halford para Hell Bent for Leather y fin de fiesta por todo lo alto con Living After Midnight dejando a todos más que saciados de una noche llena de Metal.
Solo falta decir que Rob sigue con sus cambios de chupas y guardapolvos en casi cada tema, que el repertorio es increíble como habéis leído y que todas las veces que vengan vamos a luchar por volver a verlos y disfrutarlos porque están mejorando con los años, como el buen vino.
TEXTO: Ferkiss.
FOTOS: Metalmaniac.